En este Blog encontrareis pequeños relatos eroticos y romanticos a la vez, espero q al leerlos

os sumergais en la historia, q os veais en ellos y disfruteis como yo al escribirlos.

Y si os animais podeis publicar los vuestros propios, espero q os gusten.. EJ

viernes, 4 de febrero de 2011

Un dia de Calor ( Parte I )





Por fin había acabado aquel espantoso día de trabajo, ya salía de la oficina cuando David me llamó para que me acercara a su casa. Lo cierto es que en un principio, sólo tenía ganas de irme directamente a casa, ducharme con agua fría y relajarme. Pero sabía que si iba, tendría sexo, y esa era la mejor terapia para desconectar. Y una manera de acabar bien el día.

Aunque ya era tarde el calor no había remitido y aquellos diez minutos andando que me separaban de la estación de trenes, se me hicieron eternos. No veía la hora de sentarme y notar el frescor del aire acondicionado. Por suerte, nada más llegar vino el tren.


El vagón iba casi vacío, y me senté en el primer asiento que vi al entrar. Al sentarme, me salió un suspiro de alivio y la chica que tenía en el asiento de delante, me sonrió.

- Un día agotador, ¿no? - me preguntó sin dejar de sonreír.
- Sí, un día terrible - respondí devolviéndole la sonrisa. Entonces recordé que David y yo habíamos quedado y sonreí más.


Tenía claro que él y yo lo pasaríamos bien aquella noche. Nos compenetrábamos muy bien y el sexo era estupendo, hacía que me evadiese por completo de todo. Y ese día lo necesitaba más que nunca. Nada mejor que sus manos en mi piel, en todo mi cuerpo...Uf! Me estaba excitando sólo de pensarlo. ¡Qué calor!

Entonces empecé a notar que el aire acondicionado no parecía funcionar en el tren. El calor no era solo por la excitación que tenía, realmente hacía calor. Me desabroché un botón del vestido, saqué una carpetilla del maletín y me abaniqué un poco. Notaba como el sudor resbalaba por mi piel, lo sentía colarse entre mis pechos.


- Hace calor, ¿eh? - me habló de nuevo aquella chica. Tenía los ojos clavados en mí, y por un instante, me pareció que desviaba la mirada hacia mis pechos.
- Sí, es insoportable. El aire no parece que funcione...- ahora sí, notaba que me estaba mirando el escote.


No era la primera vez que una chica me miraba, y nunca me había molestado, pero en ese momento sentí algo que no había notado anteriormente, y es que me gustaba. No sé si influía el que estuviera pensando en David y en lo que haríamos, o puede que fuese ese calor...no sé. Pero esa manera que tenía aquella chica de mirarme me estaba excitando más aún. Desabroché un botón más y la miré. Aún no me explico como fui capaz de decirle:


- ¿Tú no tienes calor? - le pregunté mirando los botones de su camisa. No parecía esperar algo así y me miró por unos instantes sorprendida, pero luego reaccionó y abrió unos botones de su camisa. Podía ver perfectamente el comienzo de sus senos. Eran algo más pequeños que los mios y no llevaba sujetador.


No podía dejar de mirarla. Era bastante atractiva. Tenía los labios carnosos y una mirada alegre. No tenía ni idea que hacía yo analizando sus rasgos pero, aquella situación desconocida para mí, cada vez me gustaba más. Quería continuar pero no sabía qué hacer. Entonces ella se levantó y se puso a mi lado. Me miró y me dijo:

- Estás sudando...- y con uno de sus dedos hizo el recorrido que dejaba una gota de sudor que resbalaba por mi cuello y bajaba hasta mis pechos.

Aquella caricia hizo que mis pezones se endurecieran, sentí deseos de besarla. Miré ligeramente a mi alrededor, vi que había un señor que nos miraba, posiblemente había escuchado nuestra conversación, pues estaba bastante cerca de nosotras. Cuando sus ojos y los míos se cruzaron, apartó bruscamente la mirada, y la fijó en el periódico que sujetaba. Aquello incrementó más el deseo que sentía por besar a aquella mujer, sabía que tarde o temprano apartaría un poco el periódico para observarnos, y esa posibilidad de que nos mirase, hizo que crecieran más en mí las ganas de estar con ella.

Me giré un poco y puse mi boca cerca de la suya y le dije:

- ¿Tú no sudas? - le acaricié el pelo, bajé lentamente por su cuello, y rocé suavemente uno de sus senos.

Puso una de sus manos en mi muslo y acercó más su cara a la mía, notaba el calor de su boca que tenía entreabierta esperando la mía. Separé un poco las piernas facilitándole el camino y besé suavemente sus labios.


El calor de mi cuerpo aumentaba, y ya no sólo sentía la humedad en mi piel, ahora también la notaba en mi sexo, que esperaba su mano con ansias, como si fuera la primera vez que lo tocaran.

Miré al señor del periódico, nos miraba por encima de él. Separé más las piernas y me levanté un poco el vestido, quería que lo viera bien.

Su mano apartó un poco mi ropa interior y empezó a buscar mi placer. Notaba sus dedos que muy habilmente, tocaban mi clítoris con un movimiento cada vez más intenso. Mi excitación crecía cada vez más, ya no me bastaba con sentirla, necesitaba tocarla...

- Me bajo en esta - me dijo en ese momento mientras apartaba su mano de mi sexo. Era la misma parada que la mía. Recordé entonces que había quedado con David, pero por otro lado no quería dejar aquello así. Quería continuar, necesitaba seguir experimentando con aquello que era nuevo para mí y me estaba gustando muchísimo.


Mientras me ponía la ropa bien le dije:

- Voy a casa de un amigo, si quieres podríamos continuar con ésto allí, aunque sé que no se conformará sólo con mirar - hice un gesto de despedida al señor del periódico, que volvió a esconderse tras él.
-¿Me estás proponiendo un trío? - contestó mientras nos bajábamos del tren.

Asentí y ella me siguió.
Era una buena manera de acabar el día.

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